- El Megapuerto de Chancay, inaugurado por China en Perú, promete revolucionar el comercio en América Latina, con un impacto directo en la economía de países como Chile, Brasil y Perú, además de abrir nuevas rutas hacia Asia.
Este jueves se inauguró en Perú la primera fase del Megapuerto de Chancay, una infraestructura colosal que transformará el comercio marítimo en Sudamérica. Situado a unos 70 kilómetros al norte de Lima, el puerto ha sido concebido por China, a través de la empresa estatal Cosco Shipping, con una inversión de US$3.400 millones.
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Se espera que este nuevo complejo, que contará con 15 muelles y un túnel de 2 kilómetros de largo, se convierta en el mayor puerto comercial de Sudamérica, con una capacidad que podría rivalizar con los puertos más importantes del mundo.
El Megapuerto de Chancay responde a una necesidad de modernizar las infraestructuras logísticas de Perú, además, se inscribe dentro de la «Iniciativa de la Franja y la Ruta» de China, una estrategia global para aumentar su influencia comercial. Según los cálculos del Gobierno peruano, este Megapuerto podría generar 7.500 empleos y contribuir en un 1,8% al Producto Interno Bruto (PBI). Más allá de las expectativas locales, el impacto del proyecto trascenderá las fronteras, afectando la economía de otros países latinoamericanos.
La transformación de Chancay
La pequeña localidad costera de Chancay ha vivido una transformación radical gracias al puerto. Tradicionalmente dedicada a la pesca artesanal, la zona ahora se ve inundada de actividad económica, y los precios de los terrenos han aumentado considerablemente. Las autoridades locales esperan que empresas logísticas se instalen en las cercanías, aprovechando la conectividad del puerto con la carretera Panamericana Norte y la posibilidad de un transporte más ágil y eficiente hacia los mercados asiáticos.
Además de la generación de empleos directos e indirectos, se calcula que el puerto impulsará a la economía peruana con un incremento significativo de las exportaciones, especialmente de productos minerales y agrícolas que se enviarán a China y otros mercados asiáticos. La reducción de tiempos de transporte, que pasará de 40 a 28 días para los cargueros que viajan de Perú a Asia, convierte a Chancay en una vía logística más eficiente, algo que se valora especialmente en un contexto de alta competencia internacional.
Ventajas operacionales y competencia en la región
Una de las características más destacadas de Chancay es su capacidad para recibir los buques más grandes del mundo, con una capacidad de hasta 24.000 contenedores, gracias al gran calado de su bahía. Esta ventaja permitirá a las compañías navieras reducir costos operativos, ya que podrán transportar fletes mayores con menor número de embarques, optimizando los costos de transporte. Según expertos, la inversión en tecnologías punta y la alta capacidad operativa del puerto le otorgan una ventaja sobre otros puertos de la región, como los de Chile y Brasil.
Sin embargo, la llegada de Chancay al mapa logístico internacional ha despertado temores en otros países de América Latina, como Chile, que podría ver disminuida la competitividad de sus puertos. A pesar de que Chile tiene puertos como San Antonio y Valparaíso, estos aún carecen de la infraestructura necesaria para recibir buques de gran calado. Este desajuste, sumado a la falta de avances en proyectos de modernización como el puerto de San Antonio, podría poner a Chile en desventaja frente a su vecino peruano.
Desafíos y críticas al proyecto
Aunque los beneficios económicos son claros, no han faltado las críticas al proyecto. Grupos medioambientales y organizaciones vecinales han cuestionado los posibles impactos negativos sobre el entorno natural y las comunidades cercanas. En particular, se ha señalado la falta de garantías en cuanto a la protección del medioambiente y la justicia social en las inversiones extranjeras. Algunos también argumentan que los trabajos generados por Cosco Shipping en otras partes de América Latina han sido ocupados por trabajadores chinos, y no por mano de obra local.
Además, la dependencia creciente de Perú respecto a China es una preocupación constante. En otras regiones del continente, las inversiones chinas han estado marcadas por lo que se ha llamado una «diplomacia de la deuda», donde los países anfitriones asumen un mayor control de sus recursos naturales y la deuda externa aumenta. La crítica apunta a que, si bien el puerto puede traer desarrollo económico, también podría acentuar la vulnerabilidad económica del país ante la dominancia de China en el comercio regional.
Impacto para Chile: ¿una amenaza o una oportunidad?
El impacto del puerto de Chancay ya está siendo sentido en Chile, donde algunos analistas advierten sobre el riesgo de perder competitividad. La modernización de puertos como el de San Antonio ha sido un proyecto estancado durante años, lo que ha dejado a Chile rezagado frente a la infraestructura avanzada de Chancay. Según expertos, esta situación podría hacer que el comercio internacional busque alternativas más económicas y eficientes, lo que afectaría directamente el uso de puertos chilenos.
Sin embargo, otros analistas, como Andrés Bórquez, argumentan que Chancay podría ser una oportunidad para Chile, al ofrecer una ruta más rápida para ciertos productos, como las cerezas que exporta Chile a China. La competencia portuaria, si bien es desafiante, también puede generar oportunidades para mejorar los servicios logísticos en la región, reduciendo costos y agilizando el flujo comercial entre los países.
El futuro de Chancay: un hub logístico para América Latina
El puerto de Chancay no solo busca conectar a Perú con Asia, sino convertirse en un hub logístico regional que impulse el comercio de toda América Latina. Brasil, el mayor socio comercial de China en la región, también podría verse beneficiado por la infraestructura, aunque las distancias y los costos de transporte podrían hacer que siga prefiriendo sus puertos atlánticos.
A pesar del escepticismo de algunos expertos, el Gobierno peruano tiene altas expectativas de que Chancay se convierta en una pieza clave para la integración de los mercados sudamericanos, especialmente para las exportaciones de materias primas, como los minerales de Bolivia o el litio de Argentina. Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de varios factores, incluidos los costos de transporte y la competencia de otros puertos regionales.
Un proyecto estratégico con retos globales
En conclusión, el Megapuerto de Chancay representa una de las inversiones más significativas de China en América Latina en la última década. Su inauguración marca el inicio de una nueva era en la logística regional, con la promesa de mejorar la conectividad de Sudamérica con los mercados asiáticos.
A pesar de las críticas y las dudas sobre su impacto medioambiental y social, la infraestructura podría redefinir las rutas comerciales y abrir nuevas oportunidades económicas para países de la región. Sin embargo, solo el tiempo dirá si el puerto realmente cumple con las altas expectativas puestas en él y cómo afectará la competitividad de los países vecinos en el comercio internacional.
Fuente: BBC.