• El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo anunció que el aumento del sueldo mínimo se anunciará antes de finalizar el presente año.

El debate sobre el aumento del sueldo mínimo en el Perú revivió tensiones entre las demandas de los trabajadores y las restricciones económicas del país. Con una proporción significativa de la población percibiendo la remuneración mínima vital y un amplio sector informal, la viabilidad de un incremento sustancial sigue siendo cuestionada.

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El economista Jair Alvarado Espinoza sostiene que el aumento es necesario, pero advierte que debe realizarse de manera moderada para evitar consecuencias negativas en la economía nacional.

Un incremento moderado y estratégico

Alvarado subraya que, tras dos años sin ajustes, un incremento es lógico, pero alerta contra medidas populistas. “Un aumento desmedido, como incrementar a 1500 soles, es irresponsable y podría desestabilizar la economía”, explicó. Según el especialista, un ajuste del 10 %, equivalente a 100 soles, sería razonable para preservar la estabilidad monetaria y evitar presiones inflacionarias.

Este enfoque permitiría beneficiar a los trabajadores sin afectar gravemente a sectores vulnerables como las micro y pequeñas empresas (mypes), que constituyen el 99.2 % del tejido empresarial. “Cargar con aumentos excesivos a pequeños empresarios, ya afectados por inseguridad y políticas tributarias, aumentaría la informalidad y el desempleo”, señaló Alvarado.

El economista también alertó sobre los efectos a nivel macroeconómico. Con un crecimiento estacionario del 3 % en el Perú, superar el 4 % o 5 % del Producto Bruto Interno (PBI) es fundamental para un desarrollo sostenible. Sin embargo, “incrementar el sueldo mínimo sin mejorar la productividad podría ser contraproducente y frenar el crecimiento económico”, indicó.

Equilibrio entre justicia laboral y sostenibilidad

El análisis de Alvarado concluye que el incremento del sueldo mínimo debe balancear justicia laboral con sostenibilidad económica. Un aumento responsable beneficiaría a los trabajadores y protegería a las mypes, además, fomentaría la formalización laboral.

Para enfrentar este reto, el Perú necesita políticas que fortalezcan la productividad, impulsen la inversión y promuevan un crecimiento económico inclusivo. “El camino no está en medidas populistas, sino en construir un entorno favorable para el desarrollo empresarial y social”, finalizó Alvarado.